El Cartel de Medellin

 

El Cartel de Medellin


 


Desde sus comienzos, el cartel de Medellín tuvo una estructura jerárquica y bien organizada, que le permitía a los distintos actores compartir recursos, realizar operaciones y, sin embargo, mantener por separado sus centros de producción y sus negocios. 

El nombre de “cartel de Medellín” le fue otorgado por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), dado que la ciudad de Medellín era su centro principal de operaciones. El auge del cartel se dio en la década de 1980, conforme el consumo de cocaína se afianzó en los Estados Unidos y Colombia se convirtió en su mayor proveedor.

Para establecer su dominio, el cartel recurrió al asesinato, la corrupción y la compra de conciencias. Escobar, al mando de esta organización criminal, impuso la llamada “ley de plata o plomo”, según la cual el cartel ofrecía a los funcionarios del gobierno dinero a cambio de sus favores, o amenazas de violencia para ellos o sus familiares, si se negaban al soborno.

Eventualmente, el cartel recurrió al terrorismo y la confrontación armada, tanto con las fuerzas del Estado, como con las del cartel rival, cuya base de operaciones estaba en Cali. Esto último desató una cruenta “guerra de carteles” que se extendió desde 1986 hasta 1993.

El “Cartel de Cali”, llamado así por la DEA estadounidense, era conducido por los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, así como por José Santacruz Londoño y Hélmer Herrera Buitrago. También se le conoció como “The Cocaine Inc.” o “Los caballeros de Cali”, e incluso “La KGB de Cali”.



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